Adios

"Suspiraban lo mismo los dos y hoy son parte de una lluvia lejos". Cuando Cerati cantaba esta frase, Cora apretaba el zorro que llevaba en su cuello. Mientras, su tamagoshi gritaba y danzaba al ritmo de la música. Hace más de un mes que Cora imaginaba el concierto y es que para ella el lugar era glam, la gente glam y el cantante glam, osea un espacio al que no podía faltar . Su voz, cada segundo, escapaba más fuerte de su estómago. Sus pantys rojas bailaban tan estrafalariamente que no pasaban inadvertidas. En segundos, su mente recreaba un flashback inusual y masoquista. Cada vez que su divo venía a Chile ella planeaba ir con quien la entusiasmaba. Sin embargo cada vez que tenía en mano las entradas estaba obligada a desviar esa acción de su cabeza. Básicamnente acompañantes que en ese momento bostezaban sin estilo. Sus ojos se llenaron de lágrimas, su garganta se secó y su cuerpo se enfrió. Odiaba recordar sushi, vino, té, un loft u olla quemada, pero los fragmentos de su pena en ese momento estaban sueltos y aún sin control. Miraba a su alrededor y contorneaban las ganas cuando no habían más que sensaciones amorosas. Sin duda, su fracción sólo duraría los minutos que marcaban el tema, pero el olor de aquella noche se confundía con el de su cama y alargaba la melancolía. Ilogico e irreal. Absurda soledad que la llevaba a imaginar tonos graves y respiraciones rápidas. Ni la rareza de quien gritaba a su lado, podía despertarla, sólo dos palabras: "es crecer" la devolvieron a su submundo sujeto a la racionalidad. Por última vez compraría un ticket para sorprender. Por última vez conectaría cita y concierto. Por última vez cabecearía imaginando aquella noche. Comenzó "Paseo Inmoral" y decidió devolver su nostalgia y casarse con lo endemoniado que habita en su rudeza. Es también dulce perder, es también simple reconocer que no hay más y es armónico restructurarse. No hay más contracciones. Sus recuerdos de hace un año y los dé hace pocos días desaparecían para despojarla del tiempo que perdió entregando su belleza. Mágicamente Cerati sellaba los envoltorios abiertos e inservibles, y no sólo por esta vez.