Me inquieta abrazarte. Me inquieta aferrarme a mi almohada cuando conserva ese olor característico en ti. Son tus debilidades las que me persiguen para tocarte. Es tu indiferencia la que me acorrala en mis dudas e inseguridades. Pero aca estoy y logras verme. En mis ojos conservo el reflejo de dos girasoles y nostálgicos momentos que hacen más patente extrañarte. Pero no sé si te extraño o me alivio. A veces me dañas y ahí se adormecen las ganas de arriesgarme . Es en esos momentos cuando prefiero aspirar el olor a cigarro que se expande en el cuarto y esconderme tras las cortinas, para no verte y tampoco quererte. Anoche me besaste y me envolviste en una realidad que no es la nuestra, por eso me callo y guardo las palabras para después... cuando vuelva a darme cuenta que no sirve ignorarte para cuidarme.
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