Me senté a involucrarte, pero ya no estabas. Te grité, te llamé dos veces y no llegabas. Por un momento pensé que te había pasado algo, en otro que te habías olvidado de mí. Insistí otra vez y no aparecías. Comencé a cuestionarme el por qué de tu ausencia, aunque después de cinco minutos no fue necesario... La respuesta iba construyéndose... Ya no estabas, definitivamente te habías ido. Lloré en su causa por no alcanzarme a despedir y me lamenté por no darme cuenta que yo también me alejaba. Entonces me culpé. ¿Mi inseguridad? ¿la nostalgia? ¿mis introspecciones? Nada me calzaba más que el sudor de mis manos... Rostro en alto mientras quedabas estático y un regalo en vano, ¡incluso mi alma! cuando la ibas matando.
A los quince minutos distinguía tu imagen... Sentado como siempre, sin hacer nada, sonriéndole a mis besos, contestando mis llamados abrazando mis abrazos, y miles de zumbidos, pero frío.
Entonces comprendi que ninguno de los dos quería opacar el esmalte, pero estaban las difusas razones... Con tanto extrañarte ya no venías...en mi subconsciente dormías. Con tanto ilusionarme te idealizé, pero el super héroe correspndía a otro comics. Con tanto autoconvencernos que pasando el túnel seguía la carretera, dejamos caer un cerro de indiferencia. ¿Supuestos logros escaparnos? Pero aunque no lo imaginé tan pronto, el sol brilla como en enero. No quise disfrazar más palabras de sonrisas ni rellenar líneas con el desinterés.
Sólo quise quererte como ahora te quiero. Sin quererte como sueño querer. Ya no hay más.
Aunque me apena no escribirte como antes, respiro con facilidad. Me jacto del aire que insistí por compartir. Y mi frialdad se transforma en belleza cuando pienso que ni eso te pretendo dar.
Las hojas se caen de a poco pero en medio de la desnudez los árboles florecen pronto... Ojos rojos en medio de la fe. Rimel disperso con la resignación. Sólo falta una canción...
A los quince minutos distinguía tu imagen... Sentado como siempre, sin hacer nada, sonriéndole a mis besos, contestando mis llamados abrazando mis abrazos, y miles de zumbidos, pero frío.
Entonces comprendi que ninguno de los dos quería opacar el esmalte, pero estaban las difusas razones... Con tanto extrañarte ya no venías...en mi subconsciente dormías. Con tanto ilusionarme te idealizé, pero el super héroe correspndía a otro comics. Con tanto autoconvencernos que pasando el túnel seguía la carretera, dejamos caer un cerro de indiferencia. ¿Supuestos logros escaparnos? Pero aunque no lo imaginé tan pronto, el sol brilla como en enero. No quise disfrazar más palabras de sonrisas ni rellenar líneas con el desinterés.
Sólo quise quererte como ahora te quiero. Sin quererte como sueño querer. Ya no hay más.
Aunque me apena no escribirte como antes, respiro con facilidad. Me jacto del aire que insistí por compartir. Y mi frialdad se transforma en belleza cuando pienso que ni eso te pretendo dar.
Las hojas se caen de a poco pero en medio de la desnudez los árboles florecen pronto... Ojos rojos en medio de la fe. Rimel disperso con la resignación. Sólo falta una canción...
1 comentario:
si controlar el sueño significa
disminuirte
aplaudirte
a que canciones
el sur
solo al sur
dediques.
si controlar tu alma
en sueños
nauseabundos
paradójicos
y controlen
una sola
de tus ansias
tus ansias
volcadas
Al más intimo del deseo
aquel deseo
superior
pristimo
Detestar las atmósferas
asépticas
me pregunto yo
(y también Bertoni)
cuando llegará
la maldita cucaracha
que me de vuelta
del pedazo de alusa foil
envuelto
en alusa foil.
Y tus ojos
inquietos
color lavanda
rompan
el puto secreto
de mis putas amantes
y me digan
de una vez
y para siempre
que tu futuro
es miel
y el mío
picadura.
Publicar un comentario