Hoy me siento rara. Estoy extraña, no me reconozco, estoy mirando de otra manera y ya la luz me vulnera. Pensé que era tarde...pero se me hace más temprano cuando confirmo que mi rareza es alivio. Algo más absurdo que un rompecabezas de mi cabeza.
Me arranqué y olvidé lo que era estar quieta detrás de la puerta y con la ventana abierta. Salí corriendo y por suerte alcanzé a desintoxicarme sin rabia y con desprecio, intentando entender en qué momento fije mis labios en los suyos y armé frases verde agua para él.
Un error de proporciones que desprende ese cariño enorme de mi cuerpo y me regala paciencia...para acumular más belleza y explotar en otra boca...
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